Este sábado estuvimos en la terminal de ómnibus “El Supremo”, creada allá por los años 70, habiéndose inaugurado hacia 1975 el hotel “Francisco Ramírez”, que albergó miles de visitantes en sus habitaciones, pero cuya decadencia terminó en su cierre definitivo hace muy pocos años atrás.
En los andenes, temprano, se agitan los vaivenes de todo fin de semana.
Trabajadores que vuelven a sus pagos, otros que eligen el descanso, los estudiantes “de afuera” que se van y los “locales” que les alcanza con esas escasas horas para retomar el contacto familiar, o los noviazgos postergados por el estudio.
El cielo tormentoso del 29 de Octubre –día de la Chamarrita- era el elegido para el encuentro de escritores en Chajarí y, muy cerca de nuestro puesto de transmisión, un mate amargo acortaba la espera de una pareja que inmediatamente comentó las razones del aguardo. Alejandrina Melgarejo, oriunda de la Provincia de Buenos Aires pero radicada en Villa Mantero, había llegado con su esposo amaneciendo el día y esperaba la “combinación” que la llevaría a la bella ciudad del norte entrerriano.
Poetiza y muy entrerriana por adopción, saboreaba el mate amargo entre comentario y comentario acerca de la habitualidad y amplitud temática de su abordaje poético, así como los por qué de instalarse en nuestra provincia después de dedicarse a la avicultura.
NO fue sorpresivo entonces, ante esta perspectiva, que irrumpieran en el escenario de arribos y partidas, despedidas y bienvenidas, la figura de Estela Paredes, miembro de SADE (Sociedad Argentina de Escritores) que, obviamente, también partiría minutos más tarde hacia Chajarí.
Periodista y escritora, trabaja con los asociados a la SADE en la preparación de un Congreso de Escritores cuya sede debería ser Concepción del Uruguay, para lo que reiteró invitaciones.
Con ella avanzamos en la pérdida de la vieja bohemia que le dio a Concepción un atractivo tan especial a la cultura que le valió ser la referencia cultural de Entre Ríos, incluso atrayendo a vivir aquí al Maestro Linares Cardozo.
Pronto se sumó a la explanada la Presidente de SADE, Teresita Zapata con quien compartimos entusiasmo y proyectos que seguramente trataremos en el futuro.
Agentes de atención al público de ventanillas, algunos viajeros a lugares cercanos, veían caer la lluvia compartiendo, con distintos motivos, los mismos momentos de espera para emprender el viaje o recibir a los viajeros.
Nosotros, viajeros al fin de sábado a sábado, sacamos pasaje para el próximo, donde nos encontraremos en el barrio Santa Teresita.
¡Hasta entonces!
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